Mundo ficciónIniciar sesiónCAPÍTULO 37
La Tormenta imperfectaEl pasillo hacia la UCIN se convirtió en un túnel borroso. Los rostros preocupados de las enfermeras, el olor a antiséptico, los pitidos distantes de otras máquinas… todo se desvaneció en un ruido blanco de fondo.El único sonido real era el martilleo de su propio corazón contra sus costillas. Empujó la puerta de la unidad y la escena que lo recibió le heló la sangre.Un equipo de cuatro personas rodeaba la incubadora de Liam. El doctor Ramírez estaba al frente, dando órdenes concisas mientras una enfermera ajustaba los diales del ventilador. Los números en el monitor de Liam eran un torbellino rojo de advertencia. Su saturación de oxígeno, que debería haber estado por encima del 90%, se desplomaba: 65, 62, 58…—¡Se está colapsando el pulmón derecho! ¡Preparen un catéter torácico, ahora! ¡Necesitamos re-inflarlo! —ordenó Ramírez.Alexander se quedó junto a la entrada, sus manos apretadas e






