CAPÍTULO 22
El renacer de su corazón
El viaje de regreso a la mansión fue una batalla librada en el silencio de su Bentley. El veneno de Cassandra, sus palabras calculadas y su perfidia, habían dejado una capa de escarcha sobre el día de Alexander.
Pero no era una escarcha que pudiera congelarlo. No ahora. Debajo de toda esa ira gélida que le había mostrado a ella, ardía una necesidad urgente en él. Volver a casa. Volver a Samantha.
Normalmente, el trayecto de regreso a su casa era una extensión de su oficina. Su cabeza estaba llena de llamadas por hacer, dictados y recordatorios, de la planificación de su siguiente movimiento en el tablero de ajedrez corporativo.
Pero hoy, el sistema de comunicación interna y externa permaneció en silencio. La ciudad, con sus rascacielos de acero y sus calles impersonales, se desdibujaba tras el cristal tintado de su coche.
No veía un imperio que gobernar, sino un laberinto del