Mariah negó con la cabeza, sintiendo cómo el mareo se apoderaba de ella mientras Alaric permanecía inconsciente. Sus heridas habían sanado y su corazón había vuelto a la normalidad, pero aún no despertaba. Las lágrimas volvieron a brotar de sus ojos mientras se preguntaba si tardaría días en despertar. La Fortaleza había caído y la mayoría de los habitantes habían huido. Los guardias fueron derrotados; nadie podía oponerse a la diosa. Antes, Asher la había conectado mentalmente, diciéndole que estaba herido y necesitaba tiempo para sanar. Le había preguntado por Alaric, y ella confirmó que seguía inconsciente. Cuando preguntó por su padre, Asher respondió que no lo había visto, pero percibía que su energía era débil, lo que implicaba que su padre también estaba herido. Asher no se sorprendió: el dios que lo hirió era el que luchaba contra su padre. Si el dios pudo ayudar a los demás dioses, eso sugería que su padre había sido asesinado o estaba gravemente herido.
Mariah seguía poniend