80.
AURORA
Lessan me observó por un momento, apretando mis manos como si quisiera sostenerme.
—Si su compañera, como dices, estaba secuestrada igual que tú, es un caso diferente, Aurora. Pero si algo te digo es que todo lo que él ha hecho y sigue haciendo es por ti, no por ella. Eso me demuestra a mí que él te ha elegido, en todos los sentidos. Solo un hombre realmente enamorado es capaz de poner el mundo a arder para recuperar a la mujer que ama.
La primera lágrima salió por fin y, con ella, todas las demás. Ya no podía parar; todo el dolor estaba saliendo y ya no sabía si todo lo que había escuchado me hacía sentir aliviada o preocupada.
—Tengo miedo, Lessan.
—Y está bien tenerlo. Kayne no es un hombre fácil, todos lo sabemos, tú lo sabes, y aún así te enamoraste de él; lo aceptaste.
Sentí sus brazos rodearme para consolarme, y eso fue suficiente para aferrarme a él y llorar más fuerte.
—Él te va a seguir protegiendo, Aurora, a su manera cruel y desmedida. Créeme que lo hará. La pregunt