58.
KAYNE
Seguí a mi madre a la oficina para tener un poco más de privacidad.
Alioth estaba inquieto y no precisamente por lo que tenía que decirnos nuestra madre, sino porque podía sentir a Aurora en la habitación.
Ella no debería estar aquí; dudo que la droga haya salido tan rápido de su sistema.
—Kayne, decidieron enviar de regreso a Aurora porque el tratamiento no está haciendo efecto. No ha habido mejora; su cuerpo parece recibir la ayuda por momentos y por otros no…
—Creemos que lo mejor es que esté a tu lado para que la ayudes. Y no, no me hagas esa cara, no lo digo en ese sentido. Yo creo que tu presencia, tu olor, podría ayudarla. Esto es como el celo de las lobas.
Fruncí el ceño queriendo entender. Lo hacía; sin embargo, esto es diferente.
—Pero no lo es, madre. Ella no tiene una; los efectos en una humana son diferentes, más fuertes. Lo hicieron para que… —tomé aire, cerrando los ojos, tratando de relajarme para que ella no sintiera mi rabia—, para que el hombre que la t