Después de que Matilda se marchó, Leonardo ordenó a sus hombres para que vigilaran la sala y le avisaran inmediatamente si había algún problema con Antonia.
Se disponía a regresar a Bahía de los Olmos, y de repente sonó su teléfono móvil.
El hombre dijo con pánico.
—¡Señor Ramos, se han llevado a Tadeo!
Preguntó Leonardo, —¿Qué ha pasado?
—Poco después de que te fueras, nos dejaron inconscientes, y cuando volvimos a despertar, el sótano estaba vacío excepto los cuerpos de los dos hombres, ¡y Tadeo desapareció!
—¡Revisa la cámara de seguridad, hay que encontrarlo!
—¡Sí!
Colgando el teléfono, Leonardo llamó inmediatamente a Carlos.
—¿Cómo va lo de los tipos que te pedí?
—Señor Ramos, están listos para arrestarlo.
—¡Ahora que encuentren a toda la gente que Noche Fría metió en Monteflor!
—De acuerdo, les aviso de inmediato.
La expresión de Leonardo se volvió fría.
Si no se equivocaba, los que se llevaron a Tadeo debían ser los de Noche Fría.
Tadeo estaba tan arrogante y atrevido e hizo tan