La puerta de la sala se abrió, y entraron Leonardo y Natalie, seguidos por el médico y dos enfermeras.
Nuño se puso claramente nervioso al ver a tanta gente, retrocediendo mientras gritaba y mostraba resistencia.
Leonardo le preguntó, con voz gélida hasta la médula.
—Nuño, el accidente de coche de León y Julia, ¿está relacionado contigo?
Los nombres de León y Julia parecieron estimular sus nervios, Nuño gritó mientras agitaba las manos asustados.
—¡Ah! ¡Aah! ¡Vete! ¡Anda! Tengo miedo...
Sin simpatía en los ojos, Leonardo continuó: —¿Por qué te fuiste del país con tanta prisa después del accidente de León y Julia? ¿Hiciste algo malo?
—No... Ah...Tengo miedo...
Nuño empezó a golpearse la cabeza contra la pared, haciendo ruidos fuertes, como si no sintiera dolor.
La cara del médico cambió y enseguida se adelantó, agarrando a Nuño y diciendo. - ¡Trae el sedante!
La enfermera inyectó un sedante a Nuño en menos de un minuto. Los movimientos de Nuño se fueron haciendo cada vez más débiles, y