—¿Últimamente?
Natalie enarcó una ceja, con el rostro un poco serio.
—¿Y si no qué? Si no te enamoras el resto de tu vida, ¿voy a ver cómo te quedas soltera el resto de tu vida?
—Olvídalo, no hablemos de eso, ¿para qué querías verme esta noche?
—Ven aquí primero.
Natalie vino y se sentó frente a ella, parecía un poco recelosa.
—Mamá, ¿qué nuevo truco estás intentando para que vaya a citas a ciegas?
—¡Voy a ponerme triste cuando dudes así de mí!
Michela la fulminó con la mirada, toda contrariada.
Natalie se erizó, —Es que me has mentido varias veces y tengo miedo de volver a confiar en ti.
—Está bien, olvídalo, voy a dejarte trabajar en el Grupo Silva.
Natalie se quedó helada y luego frunció el ceño: —No voy a ir.
—¡Si no vas, entonces vas a citas a ciegas!
Natalie: —...
¿Hay alguna conexión entre las dos cosas?
Al ver que estaba callada, Michela suspiró y dijo: —Dijiste antes que interfería en tu relación, lo he pensado, no puedo obligarte a ir a citas a ciegas, pero si te quedas en ca