―No sabía que escuchabas a Mozart para ir a darle una paliza a alguien... —Zander le dio una mirada de soslayo a Adán, en lo que este mostraba una pequeña sonrisa cargada de diversión, algo que solo molestó un poco más a Zander ante su inesperado y molesto guardián.
―No es Mozart, es Bach... —Adán lo observó con curiosidad, y de la nada soltó una gran carcajada, mientras Zander solo lo ignoró, pues como de costumbre, Adán Sartori, mostraba ser otra persona cuando estaba junto a Zander, pero lo hacía solo cuando estaban solos y sabía que nadie los observaba.
―Eres un nerd, puede que te veas de esa manera, pero sigues siendo ese mismo niño de anteojos, que solía parecer un pollito tras mi prima todo el tiempo...
Zander no dijo una palabra, rememoró su pasado, aquel en donde se había enamorado a primera vista de Selene, aquella niña pelirroja que solía odiar su cabello rojizo y peleaba todo el tiempo con su primo.
La chica de sonrisa pícara que solía tomar su mano y llevarlo con ella tod