La expresión amarga de Selene cambió al instante, en el que observó cómo un hombre vestido de negro, aquel que tenía una camisa de seda con las mangas hasta los antebrazos mostrando sus tatuajes, y su expresión llena de molestia, caminaba hacia Víctor y Circe.
Había olvidado por completo que Zander Perseus estaba tras ellos y que al parecer notaría de inmediato la situación que ocurría.
Incluso estaba segura de que aquel se había adelantado en aquel lujoso auto en el que andaba, pero ahí estaba.
Notó cómo cuando pasó por el auto le dio un leve toque a la ventanilla del auto en el que estaba, como si quisiera decirle que observara lo que estaba a punto de suceder.
Mientras Selene se liberaba del agarre de Adán Sartori, se quedaba quieta en el auto esperando por ver cómo se resolvía todo en aquel lugar.
―¿Qué está ocurriendo aquí? Se supone que estamos aquí para relajarnos, pero esto es algo sin precedentes... —Aunque parecía haber un tono un tanto juguetón de parte de Zander, se podían