Capítulo 116.
Kael y Atila regresaron casi a las diez de la mañana a Moon Castle, pasando de largo del comedor y todos los que encontró en el camino.
Buscó la comida para la rottweiler y abrió un paquete que vertió en su plato. Tal vez no era suya, pero era muy obediente y aunque no lo necesitaba, si algún día adoptaría un perro, lo quería igual.
—¿Lo hago por usted? —se ofreció una de las mujeres de servicio al verlo tomar los huevos y algunas latas. La rottweiler necesitaba proteína.
—¿Pedí ayuda? —continuó en su tarea, sin ser necesario más que su respuesta para que no volvieran a acercarse. A Atila la ponían nerviosa los desconocidos y no le gustaba verla tan a la defensiva cuando no corría riesgo estando él cerca.
Se lo colocó en el piso de mármol al terminar, tomando más agua esperando a que Atila terminara para llevarla de regreso a uno de los dormitorios donde la bañó y quitó exceso de agua, para luego hacerlo él.
La envió con Lina con el mayordomo, saliendo él en toalla hasta llegar