¿Modo espía?
La ayuda viene del enemigo.
Tuve una terrible pesadilla.
A media mañana sigo recreando (por absurdo que pueda ser), la caída en la última cargada de la pieza para la apertura de la "semanas deportivas" y me digo que, lo mejor es hacerlo sin ponerle peros.
— ¿No te alegra?
— ¿El qué? –atiendo a West.
— La nota ¡sacaste lo máximo! –casi deja el auto para que se conduzca solo– Si continuas así, serás graduada con honores.
— Esa es la idea...ojalá –emito un suspiro.
Más que por imaginar mi meta cumplida, por la canción romántica del play list del auto. West maneja y se mueve al ritmo para darme espacio, porque ha notado que hoy he activado mi ermitaño social. No es por ella sino por