Catalina no se imaginaba que Estela conociera a Alejandro y a Victoria.
Estela volteó hacia Luciana:
—Luciana, dime la verdad, ¿todo esto es cierto?
Catalina estaba desorientada, se notaba alterada. Hace un rato era el centro de todo, y ahora todos se burlaban de ella.
Ese golpe no lo podía digerir. Se tambaleó un poco.
Mariano la alcanzó justo a tiempo.
Catalina le quitó la mano de un manotazo, tratando de mantenerse firme:
—Escuchaste mal. ¿Cómo va a ser posible que Luciana esté divorciada…?
—Yo tengo fotos —dijo Estela, y sacó su teléfono para enseñarle a Catalina una imagen donde se veía a María ayudando a Alejandro a caminar.
—Hermana, ¿tú crees que te mentiría? Yo solo quiero lo mejor para Luciana. Si ya están separados, ¿para qué ocultarlo? Dímelo tú, y entre las dos vemos cómo arreglar las cosas.
Catalina le echó un ojo a la imagen. Sí, era Alejandro con una muchacha.
Y esa muchacha… ya la había visto antes. Incluso los vio besándose en plena calle.
La rabia le hervía en el pec