Alejandro le tiró una almohada.

—¿Qué pasó? Estás ido.

Joaquín recogió la almohada, la abrazó y, después de pensarlo unos segundos, dijo:

—Escuché algo…

—¿Qué cosa? —preguntó Alejandro, sin prestarle mucha atención.

—Que ese tal Andrés intentó violar a Luciana…

—¿¡Qué dijiste?! —Alejandro abrió los ojos de par en par. La furia se le notaba en cada palabra.

—Oye, tranquilo. Solo lo escuché de Daniela. No sé si sea cierto...

—¡¿Tú crees que Daniela se inventaría una cosa así?! —gritó Alejandro, fuera de control.

Joaquín se quedó pensativo. Tenía razón. Daniela y Luciana eran muy cercanas, no inventaría algo tan grave.

Andrés llevaba ocho años tras Luciana.

Una obsesión de ese tamaño nunca termina bien.

Alejandro respiraba agitado, el pecho subía y bajaba sin parar. Sentía el enojo quemándole por dentro.

—¡Siempre supe que ese pendejo no era de fiar! Ahí andaba, detrás de Luciana como un perro... ¡Y ahora esto!

—Hermano… cálmate —intentó calmarlo Joaquín.

—Daniela dijo que Luciana está bi