Sentía mi cuerpo temblar y la desesperación de no poder hacer nada me invadió, estaba cayendo en ese pozo sin fondo nuevamente y creo que en mi último suspiro algo pude decir.
-Por favor, para...
-Dani, Daniela, por favor. Dani dime ¿qué te pasa?
-¿Qué fue lo que pasó aquí?
-Alma, perdóname, no sé que le pasó, estábamos discutiendo y de pronto...
-Mierda Jex, es un ataque de pánico. Vamos, llevémosla a su habitación.
-Por favor muñequita de porcelana reacciona, no quise lastimarte, ¡Mierda Alma! ¿Qué hago?
-Estoy llamando a Pilar, espera...
Pilar, escucha, Dani sufrió una crisis y se desmayó. Sí, si, ella respira, está bien... Jex busca las sales en el mueble y colócalas en su nariz.
Okey, okey, te llamo luego y gracias.
-Vamos nena, prometo no ser malo contigo, pero despierta, Sarita te necesita...
¡Dios, Alma. No reacciona!
-Tranquilo, tranquilo, ya despertará, iré por una toalla húmeda, quédate con ella.
-Perdóname por favor...
Desde ese día y hasta hoy, Jex no volvió