Ese innombrable es un bruto.
Minutos antes...
El calor de una mano dejando suaves caricias en su brazo despertó a Jex de su letargo. Abrió los ojos y aunque veía todo borroso, supo que estaba en una cama de hospital y siguió la voz de aquella mujer que consideraba como una madre. Esa que le hablaba entre sus sollozos...
—Lo siento tanto, mi niño. No debiste pasar por todo esto, si yo hubiera sido una buena mamá nada de esto habría pasado. Debí cuidarte mejor y no esconderme dentro de estos hábitos producto del dolor y la vergüenza. Sin querer te he hecho tanto daño que no habrá día de mi vida que no me culpe por eso.
—De… ¿De que hablas hermanita?—peguntó con su voz rasposa y quitándose la mascarilla de la cara.
—Despertaste ¡Gracias a dios, hijo! No sabes lo preocupados que estábamos por ti— la hermana Ángeles se levantó sobresaltada y agradeció a dios verlo con sus ojos abiertos, besó su rostro y le dejó rastros de sus lágrimas que limpió con sumo cuidado, pero la cara de su muchacho era de total horror ¡la hab