Francesco se mordía las uñas, metido en el todo terreno de Russo.
No se aguantó más y marcó a su teléfono.
Al otro le sonó el móvil en el bolsillo.
—¿Diga?
֫— Soy yo, estás tardando más de la cuenta.
Ruso inspiró profundo sin saber cómo decirle lo que supuso estaba pasando.
— ¿Russo? ¿Pasa algo?
Silencio.
— Russo…
— Necesito que te tranquilices, estoy esperando información…
El ruido de fondo del alboroto del lugar se dejaba colar por la bocina del móvil.
— Hay mucho ruido, ¿Hay alguna emergencia?
En ese momento Russo estaba totalmente replegado a la pared y alguien alzó la voz para dar la alerta.
— ¡La paciente se nos va, Doctor! — La enfermera anunció.
— ¿Qué su