—No te la vas a llevar —bramó Alex enfurecido Jacqueline—, ya sé todo lo que le haces a mi hija, y no voy a permitir que le hagas daño.
Jacqueline asestó una bofetada en el rostro de Alejandro.
—Esas son mis reglas y las debes respetar —informó con el rostro enrojecido.
Lola al mirar aquella discusión de inmediato se aproximó a la pareja. Alex sobaba su rostro y miraba con resentimiento a la madre de su hija.
—No te vas a salir con la tuya —advirtió Alejandro—, la niña está en tratamiento.
Jacqueline bufó, miró con desdén a Lola.
—Jamás voy a permitir que mi niña esté a cargo de esta mujerzuela —bramó.
Alex enfureció, su mirada se volvió oscura, tomó de los brazos a Jacqueline.
—A María Dolores no la ofendes —bramó—, aquí solo existe una mujerzuela, y esa eres tú —enfatizó, y la soltó con fuerza.
La mujer trastabilló un poco y logró sostenerse de un muro, observó a la pareja con profundo resentimiento.
«Se van a arrepentir» sentenció en la mente.
Entre tanto Lola y