Verónica mordía sus labios viendo como Raffaella subía al auto de Mateo y se alejaban de la residencia, ella caminó hasta su vehículo con pasos que demostraban lo que sentía en su interior, el golpe seco con el que cerró la puerta del vehículo daba cuenta de su mal humor, su tío la observó y le comentó a su esposa.
–Me preocupa la actitud de Verónica.
–A mí también, he tratado de educarla como a nuestras hijas, pero tu hermana es demasiado permisiva con ella.
–Permisiva, descuidada, desinteresada, debí adoptarla definitivamente cuando era una niña, ahora me parece que se hizo tarde.
–También lamento que tu hermana le haya sembrado esa idea de que podía casarse con Mateo, son como hermanos por Dios, sé muy bien que mi hijo jamás vería en ella a una mujer con quien podría tener una relación amorosa.
–Yo se lo he dejado claro infinidad de veces, sobre todo cuando intentó convencerme de comprometerlos mediante un convenio escrito