Tiberius la alcanzó, la rodeó con sus brazos y la besó con amor, con veneración con todo lo que siente en su pecho cada vez que la tiene cerca.
–Hola bella mía, ¿cómo estuvo tu día?
–Lleno de reuniones, otro día así y renuncio para volver contigo a la oficina, esa cantidad de encuentros para escuchar sobre todas las galas que quieren llevar a cabo esas mujeres con el fin de recaudar fondos en sus supuestas obras benéficas, me agotan.
–Para eso es que estás allí amor mío, para ponerles freno y obtener justificación a tantos eventos, hemos creado esas fundaciones para ayudar a quien lo necesite no para que esas mujeres estrenen vestidos de gala, salgan en prensa y se queden con un porcentaje de lo recolectado cada mes. ¿Qué has averiguado? ¿Ya pudiste identificar a las responsables o son todas?
–No, ya tengo algunos nombres, pero te advierto que no será fácil porque han creado un grupo muy cerrado, me parece que atemorizan al resto, entonc