El internet estalló, una noticia escandalosa sobre Tiberius Wellington el estoico, serio, impasible e inalcanzable magnate de la seguridad era algo difícil de ignorar; resulta que sí era humano y con debilidades mundanas como cualquier hijo de vecina, aunque todos debían reconocer su excelente gusto en mujeres porque la de la fotografía tenía una figura escultural y era una de las pelirrojas más hermosas que hubieran visto.
Sergio tenía alertas en todos los buscadores y en cada aplicación o red, con palabras claves para él y su amigo Tiberius, así que casi al mismo tiempo de ser publicada recibió la foto de Celina, sonriendo le marcó al CEO.
–¿Qué pasa? ¿No dormiste?
–Yo sí, pero quien va a perder el sueño eres tú.
–¿Por?
–Eres tendencia hoy gracias a Celina.
–¿Qué hizo esa mujer?
–Revisa cualquier red.
Tiberius tenía su portátil en la cama porque había estado hasta bien entrada la madrugada revisando solicitudes