Capítulo 250
Al día siguiente.

Hacia el mediodía Rebeca salió.

Hacía tiempo que Ana y ella no se veían, y Ana la echaba mucho de menos.

Al entrar en el restaurante y llegar al reservado, Ana nada más verla corrió hacia ella: —¡Rebeca!

Rebeca se rio y le tendió la mano para abrazarla: —Ana, cuánto tiempo sin verte.

Era la primera vez que Rebeca venía a este restaurante.

Mientras comía, todos los platos le parecieron muy buenos y de su gusto.

Hugo había reservado entradas de cine para poco después de la una y después de comer, entraron en el cine para recoger las entradas.

Antes de registrar las entradas en la sala del cine, Ana quiso palomitas, y antes de que Hugo se las comprara le preguntó: —¿Grandes o pequeñas?

—¡Grandes! Me las comeré contigo y Rebeca.

Hugo sonrió: —Bien.

Al entrar, Ana se sentó en el centro.

Nada más sentarse, acunó las palomitas en su regazo y las abrazó, se comió una para ella y luego instó a Rebeca a que se las comiera.

Rebeca se acercó, tomó una y le dio un mordisco.

Despué
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