El Bentley salió de Palma y los ojos del niño brillaban maravillados.
—¿Te parece bello?— pregunto Tayron con una sonrisa.
—Si tío Tayron— la cabellera del pequeño era movida por el viento— Mi tío Brad, no me había traído a estos lugares.
—¿Llevas arto en Mallorca, Brandon?
—No tío— contó en sus manos— Un mes. Viajaríamos con mamá, pero ella tenía que hacer trabajo en otro lugar.
Tayron veía al pequeño por el retrovisor, conducía despacio a un ritmo moderado, y sus manos sudaban sobre el volante.
>>Vivian me va ha matar<<
—¿Y tú papá, Brandon?
El niño bajo su mirada y junto sus manos, su carita reflejaba tristeza, había visto a los otros niños tener un papá. Aquella figura que los amaba incondicionalmente.
—No tengo tío, pero tengo a mi mami y a mis abuelos y a mis tíos.— aludió con una corta sonrisa.
Tayron vio esa expresión de dolor camuflada en el niño, su cuerpo se helo, sintiendo propio ese vacío.
—No te preocupes Brandon, tienes la mejor mamá del mundo. Viv