—Bueno señor Reyes que es tan importante, para que secuestrara a mi hijo.
Sus palabras sagaces golpearon a Tayron con fuerza.
—No lo secuestre Vivian— suspiro —Fui a buscarte, y el se veía cansado, solo quise cuidarlo. Se que no fue apropiado mentir a las maestras.
—Si…incitar a mi hijo a decir mentiras…—Vivian no pudo continuar, se mordía la lengua, porque no era una mentira.
—Lo se, lo sé. Pero déjame felicitarte tu hijo es un niño muy especial igual que tú.
Vivian abrió sus ojos y su cuerpo vibró de una manera extraña ante aquellas palabras y la sonrisa que le brindaba Tayron.
—Gracias —Susurro— ¿Pero eso no es lo que me tiene aquí cierto? ¿Qué desea señor Reyes?
Tayron sirvió un copa de whisky
—¿Quieres un trago?— pregunto.
—No gracias.
Tayron bebió entonces de su copa y observando por la terraza hacia su propiedad, tomo fuerza.
—Quiero que seas mi abogada, quiero obtener un vínculo con tu firma.
Vivian levanto su ceja, y recordó las palabras de