Hablar con mi abuela me ayudo un poco a borrar la tristeza que tenía gracias a la actitud de David y me recoste en el sofá a tratar de dormir, lo conseguí pero una hora después me volvieron a dar ganas de ir al baño y no quedo remedio que volver a subir. ¡MALDICIÓN! debo hacer esta caminata toda la noche gracias a Don mandón. Entre a la habitación que deje abierta anteriormente, corrí al baño y minutos después al salir de ella, alce la cabeza y me encontré la mirada enfadada y preocupada de David
-¿Dónde carajaos estabas?
+Eh, en el baño
-Si, lo sé Karla. Pero hace unos minutos no estabas acá, te he buscado por todos lados
+No exageres David, estoy perfectamente bien.
-Te pregunte algo Karla, responde
+¿Y si no quiero responder? ¿Que harás? ¿Volverás a darte media vuelta para da