Adara Petrova
Despierto agitada con el sudor recorriendo mi cuerpo y me siento en la cama de golpe, el sol se filtraba por la ventana mientras que respiraba con dificultad.
Pasó las manos por mi rostro mientras que los recuerdos de la noche anterior me golpeaban por completo.
Abren la puerta de la habitación y es Antonella quien entra a ella, enarca una ceja hacia mí.
—Adara, te esperamos para desayunar, ¿Por qué no bajas?—pregunta
—¿Uhm?—pregunto confusa
—Estamos esperándote para desayunar
—Ah—despabilo—no me apetece desayunar ahora
—Hades quiere que bajes o vendrá el a buscarte—dice
—Dile que me siento mal—le pido
Asiente algo dudosa y sale de la habitación dejándome nuevamente sola, tomó una profunda bocanada de aire tratando de calmarme. Necesitaba evitar a los hermanos a toda costa.
Me paro de la cama y me dirijo al baño, me lavo la cara tratando de aliviar el sudor de mi cuerpo. Cierro los ojos mientras recordaba los gritos de dolor de los hombres de anoche. Un escalofrío me rec