El silencio de la consulta ha comenzado a molestarme. La pareja no se ha comunicado en la última media hora y comienzo a acariciar la veracidad de mis sospechas. Existe algo mucho más profundo que Adrián no ha expresado.
- ¿Hay algo que no has compartido con nosotros? -le pregunto.
Me mira sorprendido y aterrado. Durante algunos minutos trata de calmarse, intenta ignorar a su pareja, pero el nerviosismo lo delata.
- Sí - afirma aclarándose la garganta. Se incorpora ligeramente en el asiento y, dirigiéndose a su esposa, dice:
- Perdóname, mi amor, te fallé - ella abre los ojos confundida - yo... tuve un desliz y pagué por mi error.
- ¿Qué? - pregunta ella perpleja y algo incrédula.
- Yo te fui infiel y me contagié con algo - dice nervioso y visiblemente apenado.
Respiro profundo, tratando de calmarme. Apenas puedo digerir la información que Adrián ha brindado y que, indiscutiblemente cambia, la dinámica de la consulta. Valeri se para de un salto del asiento, tratando de p