Punto de Vista de Judy
El camino de regreso fue más silencioso de lo que imaginé.
Cuando Gavin soltó aquella bomba, que los Blackwell nos estaban mintiendo, no supe qué pensar. Selene no parecía ser una mujer capaz de mentirme de esa manera, y tampoco veía a Zachary como alguien lo bastante descarado como para hacerlo, pero Lila... bueno, de ella sí lo creería.
Algo no cuadraba, pero no discutí con él, solo me subí al auto y dejé que cerrara la puerta. Antes de encender el motor, lanzó una última mirada hacia la mansión, una de esas miradas que se quedan clavadas en el pecho, luego arrancó. Sus manos apretaban el volante con tanta fuerza que sus nudillos estaban completamente blancos.
Quise preguntarle si estaba bien, pero las palabras no me salían. No tenía miedo; simplemente sabía que él necesitaba un momento.
Jamás pensé que ese “momento” se extendería durante toda la hora de viaje hasta la Manada Creciente Plateada, y que seguiría después de haber llegado a la villa y entrar.
Gavin