Punto de vista en Tercera Persona
—Necesitas dejar de aparecer en mi casa, Stella —dijo Ethan mientras bajaba de su porche delantero y se dirigía hacia su auto. Stella Airborne, una stripper con la que Ethan había salido y tenido sexo en múltiples ocasiones, lo siguió, con lágrimas evidentes en sus ojos.
—No has devuelto ninguna de mis llamadas, Ethan —dijo, sus manos tironeándose una a la otra, su cuerpo visiblemente temblando.
—No hay nada de lo que necesitemos hablar —le dijo—. Se acabó entre nosotros.
—¿Es por esa mujer rica? —preguntó Stella.
—No estoy seguro de qué estás hablando.
—No soy estúpida —dijo, agarrando la manija de su puerta antes de que él pudiera abrir la puerta del auto. Él se detuvo y se volteó hacia ella, sus ojos ardiendo de ira. Ethan no era alguien con quien meterse, especialmente por una puta.
—Ten cuidado. Estás olvidando tu lugar —dijo Ethan entre dientes.
—La vi aquí, ¿sabes? —dijo, con lágrimas derramándose de sus ojos.
Ethan entrecerró los ojos.
—¿Qué?
—