Me mordí el labio inferior y asentí; no quería mentirle.
—Sí —admití—. ¿Estás bien?
Me estudió por un momento, sus ojos escaneando mi cara para averiguar si realmente me importaba o no si estaba bien. Una vez que obtuvo la respuesta que necesitaba, dejó escapar un suspiro.
—Sí... va a hacer las cosas complicadas —murmuró—. No puede aceptar un no como respuesta.
—Hiciste bien al decirle que no había oportunidad —le dije—. Nada bueno vendría de darle falsas esperanzas.
Asintió.
—Sí, realmente no quiero lastimar a nadie. Siempre soy directo sobre mis intenciones. Nunca pensé que encontraría a mi compañera... sinceramente, no pensé que siquiera quería una compañera.
—¿Y ahora? —lo presioné.
Estuvo silencioso por un momento, sus ojos moviéndose de mi cara al suelo.
—Aún no estoy seguro —admitió—. Pero en el segundo que la vi... supe que necesitaba verla otra vez. No puedo dejarla ir sin hablar con ella primero. Harper tenía razón, no la conozco. No he hablado realmente con ella. Si la dejo