POV Tercera Persona
Nan se sentía ridículamente avergonzada por haber tenido envenenamiento por alcohol.
Había pasado días encerrada en su apartamento de una habitación, escondiéndose del mundo, bebiendo. Había estado ignorando completamente a su mejor amiga y se sentía mal por eso. Se sintió aún peor cuando se enteró de que había sido su mejor amiga quien la encontró en ese estado y la llevó al hospital. Su estómago se retorció mientras jugueteaba con la manta que la cubría.
Tenía un ligero dolor de cabeza y de estómago. Sin mencionar un corazón roto.
—Buenos días, Nan —dijo una de las enfermeras mientras entraba a la habitación—. ¿Cómo te sientes hoy? —Nan la reconoció como la enfermera que la asistió anoche. Se veía cansada, casi terminando su turno nocturno.
—Como si me acabaran de hacer un lavado de estómago —murmuró Nan, tocándose los dedos en el vientre y haciendo una mueca por la herida sensible.
—Tu loba debería sanarte en poco tiempo —le aseguró la enfermera—. Bebiste tanto q