52. Comenzará una guerra
Derek Montenegro
En la casa reinaba un silencio cargado de tensión, solo interrumpido por el médico en busca de los instrumentos pque necesitaba para atender a Eloise. La miraba de manera intensa y penetrante, quien estaba recostada en el sofá mientras el doctor revisaba la herida de bala que había recibido en la tienda de mascotas durante el tiroteo.
Al llegar, me encontré con un caos total: aproximadamente ocho personas habían fallecido, pero solo tenía ojos para ella. Al ver su brazo ensangrentando, su rostro lleno de temor, una rabia colérica había crecido en mí desde entonces era un fuego que amenazaba con consumirlo todo. Iba a acabar con todo y a todos, no toleraría que nadie lastimara a lo único que realmente me importaba en este mundo.
El doctor de algunos cuarenta años, con una expresión calmada y experta, comenzó a trabajar sacando la bala. Mientras sujetaba un bisturí, tranquilizó a Eloise asegurándole que todo estaba bajo control y que la bala no había causado ningún da