— ¡Buenas tardes mi bella dama!— saludó Connor Foster — ella suspiró y se relajó, acaso piensas ignorarme a mí también.
Ella se levantó muy emocionada porque había sido él, el abuelo y a la vez algo decepcionada por no ser Calvin.
— ¡Hola abuelo!— saludó— me encanta verte.
Él la abrazó con ternura y dijo:
— Algo decepcionada, porque esperabas otra mano más joven— dijo con picardía— sentí tu tensión, todo está bien, no te preocupes, confía en mí, voy a templar ciertas orejas y veremos.
— El amor no hay que forzarlo, abuelo— dijo ella lo más tranquila que pudo.
— ¡Lo sé!— exclamó él — yo sólo hablé de jalar orejas, no de forzar.
— ¡Eres incorregible abuelo!— dijo ella pasando su brazo por los hombros de él— creo que esperan por ti— ella miró de reojo hacia donde estaba Calvin Foster.
Connor Foster, dejó a Eleanor con un dulce beso en la mejilla y fue hasta donde lo esperaba su nieto.
— ¿Se puede saber qué hablabas con Eleanor, abuelo?— preguntó Calvin interesado.
— ¿Por qué tendría