El tomo el rostro de ella entre sus manos y ella continuó:
— Y si tú aún me amas, eso sería como un dulce sueño, saber que aún te intereso, que si sientes algo por mi! Pero ¡Tengo miedo!.
— ¿Miedo tú, Eleanor? ¡Miedo de que!— preguntó contrariado— solo responde ésta pregunta; ¿Yo te gusto un poco?
— ¡Si!— gritó ella— ¡Me gustas muchísimo, pero no está bien eso.
— ¡Dame una razón que valga Eleanor!— dijo Calvin — si te gusto mucho, dime ¿Por qué no puedo amarte, como te amo?
— ¿Me amas? ¡Pero si dijiste que ya no sentías nada por mi! ¡Me estás confundiendo toda!— dijo ella pasando sus manos por su cabeza.
— ¡No tienes idea del esfuerzo que he hecho para tener que fingir ante ti, qué ya no me interesas! ¡Ha sido una tortura verte y no decirte cuánto me importas! — dijo él con desesperación— te amo más allá de éste mundo; ¿Me oíste?
— ¡En serio!— exclamó ella— ¡Es tan lindo saber que aún me amas, mi amor!
— ¡Si, con todas las fuerzas de mi alma, amor mío!— exclamó Calvin apasionado.
Si