52. NO PUEDES ESCAPAR DE MÍ
GREYSON
—¿Deme la dirección de esa cuidadora? ¡Ella tuvo que ayudar a la Srta. Reed a sacar a la paciente!
—En… enseguida, Alfa —la directora del hospital psiquiátrico temblaba tanto, que todas las carpetas se le escurrían de los dedos.
Intento controlar mi mal humor, pero el aura de mi propio lobo sale a raudales, rugiendo a los miembros de su manada.
Ava entró al ala de descanso y no salió jamás de ahí.
El chófer le dio espacio para que visitara a su madre, entiendo su consideración, pero ese error costó que la enfermera la ayudara a escapar.
¡Tuvo que ser esa mujer!
Y estoy seguro de que usaron los dichosos túneles de emergencia que mandaré a clausurar.
—Aquí está… ella vive en Crimson Rose, el pueblo de la manada pegado a la parte norte del lago…
Tomo el papel con los datos.
Miro el número de teléfono y justo lo estoy marcando cuando ese mismo celular me está llamando de vuelta.
Lo respondo sin dudar.
—¿Dónde tienes a Ava y a su madre? —la pregunta sale tan afilada que escucho el