33. PRUEBAS SOSPECHOSAS
AVA
Supongo que no puede espiar nuestra conversación y la parte donde queremos devorarlo.
Antes de que Saphir saltara de sus brazos para ir por su cuenta, fue cargada por Greyson como una lobezna, su cuerpo embutido contra ese escudo dominante.
A través de mi loba, miré hacia arriba: la sombra de la barba en su rostro, sus rasgos cuadrados y masculinos, tan apuesto.
Cada vez voy cayendo más por este Alfa, y una atracción inexplicable me arrastra hacia él.
—¿Te he impresionado tanto que no paras de mirarme, Saphir? —bajó la cabeza, sorprendiendo a mi loba que se escondió en su pecho, haciéndose la muerta.
La sombra de una sonrisa apareció en esos sexis labios, pero no llegó a sus ojos.
Sé que Greyson tiene demasiados problemas encima.
Mientras sus pasos resonaban por el pasillo, me atreví a preguntarle:
“¿Diste con los culpables de la muerte de David y sus padres?”
—No —me respondió en voz alta, con el ceño fruncido.
—. El hombre que se infiltró escapó por unos viejos acueductos de em