Las paredes blancas me desconciertan, el constante pitido a lado mío me incomoda, el dolor de cabeza me aturde y el mareo que siento cuando trato de inclinarme hacen que regrese la cabeza sobre la almohada.
-Catherine por favor detente. -La dulce y preocupada voz de Marcus llenan mis oídos-. Debes guardar reposo.
Lo miro y se me estruja el corazón al encontrarlo con curaciones en su rostro. Llevo mi mano hasta la herida de su labio, suelta un mohín de dolor, pero no se aleja, toma mi mano y la besa en cuanto trato de quitarla.
-¿Qué hago aquí? -pregunto en cuanto los recuerdo llegan a mi mente.
Marcus parece decaído y me preocupa.
-¿Mi bebé está bien? -Él asiente y suspiro aliviada-. Lo siento. Siento todo lo que te dije, nada de eso es verdad.
-Lo sé gatita. -Sé que lo sabe, solo quiero repetirlo para que no quedara dudas. Me besa y agradezco sentirlo de nuevo, sin embargo...
-¿Qué es lo que pasa entonces?
-Tuviste una falla en el corazón... pudiste... -Traga grueso-. Perder al bebé,