-Gatita sigues siendo tan traviesa como te recuerdo -dijo al notar que se estaba tomando su tiempo para dar el primer paso, era una tortura que estaba dispuesto a sufrir si su recompensa era su boca.
-Te haré sufrir un poco. -Con su lengua recorrió toda su extensión, de la empuñadura hasta la punta la cual empezaba a derramar presumen. Marcus sintió como su cuerpo se erizó por completo al sentir la humedad, no creía aguantar mucho, se moría de ganas por dejar los juegos atrás, tomarla y hacerle el amor de una vez por todas-. ¿Te gusta?
-¿Qué clase de pregunta es esa? -Su voz salió desesperada-. Por qué no lo metes de una vez en tu bella boquita-. Catherine río ante su impotencia-. Vamos gatita, mira como está esperando por ti-. Marcus meneó su miembro, acto que hizo reír más fuerte a su esposa-. Oh vamos, no me hagas esperar.
-Vale, creo que estoy siendo muy mala contigo, será mejor darte una recompensa por tu buena conducta...
-Me gustaría... ¡Ahh mierda! -Shay no dejó que hablar