Catherine no tenía palabras para describirlo.
-Será mejor que te deje para que te instales -susurró a su espalda. Shay se mordió el labio al pensar que sería una lástima que solo ella pudiera disfrutar de esto, pero no dijo nada al respecto y solo escuchó cuando la puerta de la suite se cerró cuando Marcus salió. Cerró los ojos por un segundo.
-¿Qué estás haciendo, Catherine? Lo estás lastimando -se reprendió así misma.
Hizo lo que tenía que hacer con respecto a sus cosas, se instaló como era debido y tomó un poco de jugo de uva que simulaba una copa de vino tinto, necesitaba alcohol, pero era más que evidente que no podía tomar. Miró la carta sobre la mesa de la sala, junto al teléfono, se le había abierto el apetito de tanto pensar, así que se dispuso a pedir algo a la habitación y mientras esperaba se daría una ducha para que pudiera refrescarse, al menos en el hotel tenía calefacción, ya que en Rusia hacía demasiado frío para su gusto.
Veinte minutos después salió del baño, vi