Pestañeó mirándolo y le gustó la sonrisa incitadora de medio lado que obtuvo en respuesta,calentándose inexplicablemente por un gesto tan anodino. Decidió que no se inhibiría para nada, animándose a seguir, bajó el rostro y abrió la boca para pasar la lengua, en un movimiento oscilatorio, con soltura por toda la corona del glande, lo escuchó respirar alterado y eso solo la hizo querer seguir. Lamió todo el falo, al tiempo que lo miraba con expresión libidinosa, para finalmente metérselo a la boca, ayudándose con la mano para empuñarlo y succionarlo con fuerza al mismo tiempo.
-Joder, nunca me imaginé que me ibas a poner esa carita. ¿Te gusta tenerme en la boca?
-Me encanta -dijo volviendo a lamerlo.
-Así, sigue así.
Santiago cerró un poco la llave del agua, para que esta cayera como una lluvia tenue, bañándolos a ambos sin molestar. La vista era incomparable: ella desnuda de rodillas, con las mejillas sonrojadas por el vapor y el reciente orgasmo, con los labios muy abiertos succ