-¿Qué? ¿Tú me viste? -Christina giró para encararlo, con el labio tembloroso por las ganas de llorar.- Tú gritaste. -Christina lo miró confundida, no recordaba haber hecho eso-. No pude verte bien, tu madre salió detrás de ti y se escucharon gritos, sollozos. Luego cuando ella me empujaba para que me fuera, te vi. La puerta del baño estaba abierta, estabas arrodillada, con el uniforme de falda a cuadros, las piernas pálidas y el suéter color vino. No te vi la cara, tu cabello largo la tapaba, pero sí te escuché llorar y vomitar. Esa imagen se me quedó grabada por mucho tiempo... Perdóname, Christina, perdóname por haberte hecho tanto daño, te juro que no fue mi intención - explicó acercándose a ella quien bajó el rostro apesadumbrada...
-Perdóname tú, por no escucharte -dijo, rompiendo en llanto.
-No, no estás entendiendo nada... Aquí el imbécil soy yo. -Christina lo miró confundida-. Por años te recordé, pero ni una sola vez me paré a pensar en lo que significó para ti ver aquello, s