Giovanni miró con descontento a los fotógrafos afuera del hotel. Estaba acostumbrado en algunos eventos de los que acudía, eso no quería decir que le agradaba.
Lara debía de haber contactado a todos los medios posibles porque la cantidad de fotógrafos era mayor a la usual. A ella sí que no le gustaba pasar desapercibida.
—¿Todavía quieres entrar? —preguntó girándose para ver a Samantha.
Ella dejó de mirar a través de la ventana y le dio una sonrisa.
—No es la primera vez que vengo a eventos como estos. Mi padre solía llevarme como su acompañante.
—Si te sientes cansada, me lo dirás ¿verdad?
—Por supuesto.
Se preparó mentalmente para lo que se venía y bajó del vehículo. Extendió una mano para ayudar a Samantha.
En cuanto se pusieron a recorrer el camino hasta la puerta del hotel, los fotógrafos comenzaron a hacer su trabajo.
Giovanni y Samantha se detuvieron un par de veces y posaron para las cámaras. Él estaba demasiado ocupado mirando a Samantha como para recordar lo incómodo que l