La batalla por la supervivencia había sido dura, pero Trina, con la ayuda de sus aliados, había evidenciado a Petrov y desmantelado lo que quedaba de la Corporación Volkov. La verdad había salido a la luz, y el camino hacia la libertad de Alejandro estaba despejado. La pasión se fundía con la victoria y el amor con la justicia en una danza que había cambiado sus vidas para siempre.
El sonido de las sirenas y los gritos policiales resonaban en la bodega, señalando el fin de la pesadilla. Viktor Petrov, el cerebro de la Corporación Volkov, estaba esposado, su rostro reflejaba rabia y derrota. Trina, Jhosua e Ivana se abrazaron, temblando de alivio y nerviosismo. Lo habían conseguido. La verdad se reveló y la justicia estaba próxima.
La operación fue un éxito. Los agentes de élite, en conjunto con autoridades de o