DANIEL O'HIGGINS
Cuando Rosario acabó todas las compras y dimos por finalizada la incómoda conversación que teníamos, decidí que era tiempo de irme a casa de mi hermano en búsqueda de respuestas.
Al llegar fui directo a pedirle lo que necesitaba, la dirección del lugar de trabajo de la doctora que hizo las inseminaciones.
Él quiso entablar una conversación sobre mi vida lejos de la iglesia, pero no me sentía de humor. Han pasado tantas cosas en poco tiempo que lo único que necesito es estar en soledad para poder pensar y analizar todo.
Al día siguiente fui a ver a Rosario para comunicarle que viajaremos. Esto es algo que ella necesita y se que no será fácil descubrir la verdad que aún desconozco.
He estado pensando por mucho tiempo por qué alguien pagaría por una inseminación a una mujer casada y solo se me ocurre una explicación lógica, su ex esposo tenía una aventura o una persona interesada completamente desquiciada.
Rosario solamente me miró y luego se perdió en