DANIEL O'HIGGINS
  Después de caer en tentación llega la vergüenza de haber conocido de esa manera a Rosario. Creí que nada ocurriría si dormíamos en la misma cama pero evidentemente me equivoqué.
  -¿Sabes lo que me pasa?- Rosario rompe el incómodo silencio
  -Ahora no lo sé
  -Tu voz me hizo fantasear contigo muchas veces, aún sin haberte visto. Eres guapísimo y también el padre de mi hijo. Intento comprender aún por qué tuve un hijo tuyo y no puedo tener la oportunidad de saber cómo hubiese sido naturalmente
  -¿Tengo que tener relaciones contigo para que satisfagas tu curiosidad?- Sus palabras me avergüenzan y no se cómo responder
  -No sería mala idea. Dani, ¿Vas a decirme que no deseabas eso hace minutos?
  -Eres una mujer hermosa y una excelente persona, pero soy un sacerdote
  -¿Por cuánto tiempo? ¿Qué pasará si tienes que tomar una decisión? ¿Y si ya no lo eres?- Sus preguntas son justificadas pero aún no tengo una respuesta en concreto
  -No quiero anticiparme. Aún no m