Dos personas acaban unidas para siempre debido a la traición y a la llegada de una nueva vida. Rosario García descubrirá que su matrimonio estaba lejos de ser ideal y comprenderá que el momento más hermoso y soñado, también podría ser el más triste y sombrío. La vida pacífica de Daniel O'Higgins se verá interrumpida. ¿Será su vocación de sacerdote tan fuerte para continuar en el camino de la fé o renunciará para siempre al conocer a Rosario?
Ler maisROSARIO GARCÍA
Nací en Colombia, pero desde pequeña vivo en Estados Unidos. Mi familia decidió mudarse en búsqueda del sueño americano y gracias al arduo trabajo pudieron conseguirlo. Tengo 27 años y aunque estudié en la universidad no ejerzo mi profesión. Soy chef, pero aunque amo cocinar, cambié mis sueños profesionales por el amor de un hombre. Conocí a Ricardo Fontana a la salida de la universidad por amigos en común. Al verlo, comprobé que el amor a primera vista si existe. Él, es un hombre guapísimo de piel canela apenas un poquito más oscura que la mía. Es alto, atlético, fuerte. Todo en el me gustaba y así lo quisiera me era imposible encontrarle defectos. Claramente, con él también aprendí que el amor es ciego. Después de un año de novios, Ricardo me pidió ser su esposa y ese día me sentí la mujer más dichosa que habitaba en este mundo. Apenas dos meses después caminé al altar vestida de blanco. Mi cabello castaño estaba semi recogido y adornado con pequeñas flores blancas. El maquillaje que escogí era muy natural. Solo quise resaltar mis ojos verdes que es lo que más llama la atención de mi. Ricardo trabajaba en una empresa de fabricación de material médico. Él se encargaba de la parte administrativa, aunque también supervisaba las entregas y los pedidos. Jamás tuve conocimiento de cual era su sueldo mensual. Yo solamente era la encargada del hogar y de sus necesidades. Además de la cocina, uno de mis mayores sueños era ser madre. Amaba los niños y haber sido hija única solo hizo que anhelara tener una familia numerosa algún día. Casarme con Ricardo me hacía sentir aún más cerca de cumplir ese sueño. Tomé pastillas anticonceptivas mientras estuvimos de novios y hasta los ocho meses de matrimonio. Fue una decisión de los dos dejar de cuidarme e intentar concebir. Se que no siempre un hijo llega cuando se lo busca, sino que un embarazo se logra cuando varios factores están en sintonía para que ocurra. Los primeros tres meses de búsqueda fueron emocionantes. Hacer un test de embarazo de los que detectan temprano aquella hormona que solo segregan las futuras madres faltando dos o tres días para que llegara mi periodo, me resultaba hasta divertido. Con el paso del tiempo comencé a pensar diferente y a sentirme completamente distinta al respecto. Cada prueba era negativa, una tras otra. Mi madre me decía siempre que no debía sentirme mal y que en el momento de dejar de buscar con insistencia un bebé, seguro llegaría. Mi esposo me veía con tristeza y me acompañaba en cada desilusión cuando mi periodo llegaba. Él siempre estaba a mi lado, o aparentaba estarlo. Claro que todo cambiaría, pero nada me prepararía para todo lo que tendría que vivir... ----+----+----+----+----+----+---- RICARDO FONTANA Soy Ricardo Fontana y tengo 31 años. Conocí a mi dulce morenita y de inmediato quedé flechado por ella, por su belleza, su dulzura, su sencillez y su optimismo. Siempre creí que Rosario era la mujer perfecta para mí. Teníamos diferencias, pero ella siempre pareció no notarlas. Yo no soy una persona tan optimista, pero ella siempre me ha apoyado y me ha ayudado a ver una nueva perspectiva de las situaciones que creo más desfavorables. Se que hice mal al casarme con ella engañada. Yo sé que cometí un terrible error y que cargaré con esa cruz por siempre. Antes de conocer a Rosario, sufrí un fuerte golpe que podría dejarme estéril. Al sanar, un análisis confirmó que mi recuento de espermas era más bajo de lo normal. Jamás soñé con ser padre y por eso hasta me alegré al descubrir que no podría tener hijos. Recuerdo que mi médico me dijo que había tratamientos que podría probar. Aquellos procedimientos tenían una efectividad un tanto baja de éxito. Pensé en hacerme la vasectomía para reducir toda ínfima posibilidad de ser padre, pero acabé decidiendo no hacerla por cuestiones de tiempo. Rosario era la mujer de mi vida, pero tenía un defecto que era desear tener hijos. Siempre fue dócil, amable y dedicada. Creí que después del matrimonio ella dejaría de soñar con ser madre, pero acabé por comprender que en ese aspecto no podría negociar. Los primeros meses de búsqueda, ella se mostró comprensiva. Cuando él tiempo fue pasando y ella no quedó embarazada, comenzó a ir al médico con frecuencia buscando las causas. -Morenita escúchame. Algún día llegará, seguramente cuando menos lo esperes o quizás en nuestro futuro no haya hijos- Fueron mis palabras incontables veces -Quiero ser madre, tener un hijo tuyo y mío, fruto de todo el amor que nos tenemos. Dime si no sería maravilloso- Veía en sus ojos la emoción al imaginar aquello que jamás formó parte de mis sueños y ambiciones. Me sentía incapaz de decirle la verdad por no perderla El amor que le tenía a mi dulce morenita me impedía ser sincero con ella y decirle que jamás cumpliría su sueño de ser madre. Ella me hubiese entendido si le revelaba mi esterilidad, pero no podría entender que no quiero someterme a ningún tratamiento porque no quiero tener hijos. Mi situación se la confíe a mi hermano y de casualidad se enteró una amiga que trabaja conmigo. Los dos son sumamente discretos y se que jamás revelarían lo que por tanto tiempo le he escondido a mi mujer. Lo que yo no sabía era que mi matrimonio con Rosario si cambiaría y que los milagros existían, aunque nada sería tal como yo lo esperaba. ----+----+----+----+----+----+---- DANIEL O'HIGGINS Soy sacerdote en una pequeña capilla. Jamás me enamoré de alguien que no fuera Dios y desde que soy un adolescente solo deseo entregarle a él mi completa devoción. Provengo de una familia pequeña, respetable, adinerada y, puede que también desafortunada. Durante generaciones, los hombres de mi familia por parte de padre han experimentado una enfermedad en sus veintes. Cada uno de ellos perdió su fertilidad de manera significativa. Eso le sucedió a mi abuelo, a sus hermanos, a mi padre. Siempre mis padres desearon tener varios nietos. Mi madre deseaba tener varios hijos y de no haberse quedado embarazada siendo súper joven no hubiese logrado ser madre, al menos no junto a mi padre. Tengo un hermano, Matías, que tiene dos años menos que yo y que gracias a Dios no ha demostrado signos de enfermedad. Él fue padre hace apenas unos meses y junto a su esposa planea volver a buscar pronto para tener una familia más grande. Recuerdo que mí madre nos hizo congelar muestras por si algún día queríamos ser padres o para ayudar a alguien de nuestra familia en caso de no poder tener una muestra que fuera buena al momento de usarla. Mí madre siempre estuvo en contra de mí vocación y no porque no fuera creyente, sino porque ella anhelaba que sus hijos formaran sus propias familias tal como ella y mí padre hicieron. Se que no tengo aquella enfermedad que ha castigado a mí familia, porque no tuve síntomas, pero también se que mí amor por Dios es eterno, así como mí deseo de servirle. Fue un shock para mí enterarme que una mujer esperaba posiblemente un hijo mío, pero ese sería el menor de mis problemas. Jamás quise abandonar mí servicio a Dios y no existió mujer que llamara mí atención para hacer algo tan radical como eso. Mí fe siempre fue fuerte e inquebrantable, pero una extraña cadena de sucesos desafortunados ocurriría para cambiar varias vidas, principalmente la de una mujer desconocida y la mía. ----+----+----+----+----+----+----ROSARIO GARCÍA Daniel está trabajando y se siente bien viviendo su vida como un hombre "normal", aunque se que algo aún no está resuelto y se trata de su fe. Qué Daniel comenzara a ir a las misas los domingos no me parece malo, aunque eso me hace sentir insegura respecto a lo que él pueda hacer a futuro. La idea de verlo retomar sus hábitos me estresa. He continuado teniendo citas pero Daniel se ha mantenido al cuidado de nuestro hijo para que yo pudiese salir y eso no se cómo me hace sentir. Se que hay varias interpretaciones para sus acciones respecto a nuestro hijo, pero no sé cuál de ellas sea la correcta. No tengo claro si él quiere que mi cita no comparta tiempo con el niño por inseguridad o tal vez por celos. También pienso que él quiere que esté a solas porque cree que puedo estar teniendo intimidad o planeando hacerlo. He continuado con mi emprendimiento y trabajando como mesera. Mi economía ha mejorado considerablemente pero aún así me siento incompleta porque
ROSARIO GARCÍA Me desilusiona que Daniel ya no sea sacerdote y no avance ni un centímetro hacia mi para poder saber si podemos continuar desde donde aquella noche todo acabó. Entiendo que él está haciendo su vida y que necesita tiempo, pero no comprende que además de madre soy mujer y simplemente siento que me arroja hacia otros brazos sin siquiera sentir un mínimo remordimiento. Decidí no esperar más y darme la oportunidad de conocer a alguien más. Tener citas me emociona, hace mucho tiempo que no tengo una. Salí con quién parece muy interesado en mí, el generoso cliente del restaurante y ahora fan de mis preparaciones. Creo que me equivoqué al hacerlo porque él tiene otras intenciones conmigo y creo que desea ir mucho más rápido de lo que yo puedo aceptar ahora mismo. Cuando Daniel y yo avanzamos, llevábamos un periodo de tiempo de conocernos. Nosotros pasamos situaciones muy complejas juntos y eso me demostró que es un hombre responsable y bondadoso que merece mi con
DANIEL O'HIGGINS Mi hermano se sorprende cuando le pido trabajo e inevitablemente me pregunta que sucedió con mi vocación. -Le fallé a la iglesia, descuidé mi fé y mi prioridad ahora es Christian- Explico de la manera más resumida y contundente posible -¿Fallaste...?- Su insinuación hace que mirarlo a los ojos sea difícil -Tanto como pude. No puedo alejarme de Rosario para estar en la iglesia ni tampoco reducir el tiempo con Christian. No he ido a misa tampoco. Ellos me dieron tiempo y ahora entiendo que fue una prueba, pero yo lo tomé como vacaciones para estar con mi hijo- Explico y él sonríe -Esto es ser padre. Es difícil estar lejos de un hijo y para ti debe de ser peor porque no vives con él. Sería imposible que dejaras de verlo para dar misa. ¿Estás seguro de querer trabajar aquí? -Necesito trabajar. Tengo un hijo que me necesita y no puedo cumplir sus necesidades con amor. Buscar empleo sería en vano. Por mi edad me pedirían experiencia y ¿Qué puedo decir? Dar m
DANIEL O'HIGGINS Llegó el día tan esperado, hoy debo ir a la iglesia para saber que decisión tomaron sobre mi permanencia como sacerdote. Estoy preocupado y también asustado. Entro vestido como un hombre normal y me siento extraño allí porque jamás vestí de este modo en años. Veo que varios sacerdotes reunidos están esperando por mi, listos para expresar su opinión. -Buen día- Saludo y me siento donde me indican -Buen día. Estamos aquí para poder otorgar una solución, aunque no es una decisión unánime, por lo que nos gustaría hacer algunas preguntas- Hago un asentimiento nervioso -Lo comprendo, es una situación excepcional. También para mi fue una sorpresa -¿Que relación tiene usted con Christian ahora mismo? -Es mi hijo -Discúlpeme, no me exprese bien. Queremos saber cuánto visita al niño, si tiene horarios para hacerlo y si, de alguna manera, su nueva responsabilidad como padre interfería en la suya como sacerdote de esta iglesia -Lo veo cada día, pero la ma
ROSARIO GARCÍA Naty parece cansada, todo lo que le ha ocurrido los últimos meses la ha agotado. Simplemente no logro entender quién se tomaría tantas molestias sabiendo que ella es una mujer de clase trabajadora, no alguien que provenga de padres adinerados ni mucho menos. Es totalmente independiente y todo lo que tiene lo ha conseguido con esfuerzo. -Naty, tu trabajas con mí ex. Tal vez quien intenta hacerte daño se relaciona con él -Ricardo sigue estando soltero. Él no te ha olvidado- Niego al escucharla La mención de mí ex, en nuestra conversación, no me afecta como antes. Estoy muy convencida de no albergar sentimientos románticos por él y eso me trae paz. Amarlo fue muy doloroso y decepcionante. -Ya no siento nada por él. Le agradezco por haberme decepcionado tanto, pero más aún que me haya pedido el divorcio de la manera en que lo hizo -Creí... que los dos seguirían amándose pero negándose la posibilidad de intentarlo por orgullo -Jamás volveré con Ricardo. Su
ROSARIO GARCÍA Han pasado tantas cosas entre Daniel y yo que he dejado de pensar por completo en Ricardo. Él me ha acompañado y apoyado en varios momentos y eso solo ha logrado que escuche más su voz, que lo observe más a detalle y que fantasee dormida y también despierta con que ocurra algo entre nosotros. Creí que me enviaría a rezar cuando lo besé por primera vez, pero eso no ocurrió. Luego pensé que me haría algún exorcismo por masturbarlo, pero eso no pasó. Llegamos al momento donde me volví atrevida, aún más, al practicarle sexo oral. Escucharlo gemir fue música para mis oídos. Anoche fue la vez donde llegamos al punto máximo y lo sentí dentro de mi. Para mi fue la gloria, aunque me quedé con ganas de mucho más. Saber lo que se sentiría poder haber creado naturalmente a Christian era una duda con la que no podría haber vivido mucho más tiempo. Mirar a Daniel desnudo hace que sienta que es un pecado que alguien tan bello sea sacerdote y más con tremenda bendición qu
Último capítulo