Sebastián Russo, mejor conocido como el demonio de Valencia. Buscado mundialmente por tráfico de drogas, asesinatos y su especialidad en lavado de dinero. Reconocido como el hombre más peligroso del mundo, se dice que mujer que mira, mujer que es suya. En especial Isabella Renaldi, una periodista que tras un trágico accidente olvido por completo al amor de su vida, Sebastián Russo. Identificador de derechos: 2011015770862
Leer másNECESARIO leer esta nota para poder conocer un poco de los antecedentes de los personajes.
Sebastián y Isabella siempre fueron muy diferentes. Él nació en una cuna de oro, siendo deseado y amado por su familia. Siempre obtuvo lo que quiso cuando lo quiso y nunca aprendió a recibir un NO como respuesta. A muy corta edad conoció el verdadero mundo oscuro que sus padres habían intentado alejar, pero él ya había nacido perteneciendo a esa oscuridad.
Siendo un sociópata de naturaleza nunca tuvo problemas para asesinar, lastimar y mucho menos chantajear a alguien cuando quería algo e incluso cuando recibía un simple no.
Ella en cambio fue producto de un pecado. Nunca fue deseada por su familia hasta que notaron su gran capacidad para generar dinero. Siempre mantuvo una sonrisa amigable en su rostro y siempre se mantuvo dispuesta a ayudar. A causa de ello siempre se ganó el corazón de las personas con facilidad.
Mientras él disfrutaba de su lujosa vida, ella se mantenía trabajando día y noche en busca de sus sueños, el periodismo.
Sus vidas se unieron en una noche lluviosa mientras ella esperaba que alguien pudiera llevarla a casa. Sus ojos se unieron en la oscuridad y él supo que ella tendría que ser suya. Si o SI.
Tras meses de insinuaciones y fuertes luchas ocasionaron que finalmente Sebastián consiguiera lo que tanto deseaba. A ella, su gatita.
La convirtió en su mujer y le enseño cada uno de los secretos de su vida con esperanzas de que ella no huyera de él. Y ella nunca lo hizo. En cambio lo aceptó y le demostró lo que era el verdadero amor.
Todo parecía perfecto durante años hasta que un trágico accidente cambio sus vidas por completo. Meses en el hospital para finalmente descubrir que la memoria de Isabella había sido gravemente dañada y borrada en su totalidad, y Sebastián casi en totalidad.
¿Por qué no podían reconocerse ni a ellos mismos frente al espejo? ¿Quiénes eran esas personas que los llamaban hijos? ¿Por qué la familia de Isabella la separó de Sebastián sin permitirle incluso verlo por un segundo? ¿Por que él no podia recordarla?
El amor que tanto se habían tenido había desaparecido por completo y se había esfumado en el aire. Ninguno sabía la existencia de aquella persona que tanto habían amado.
Tras cinco años de soledad Sebastián se convirtió en el hombre más peligroso del mundo. Conocido como el demonio de valencia y ella conocida como la mejor periodista de la ciudad.
La vida retoma su camino cuando la mirada de Sebastián encuentra los bellos rasgos de Isabella en un programa televisivo, quedando completamente impresionado con la belleza de la mujer frente a sus ojos, llenando su cuerpo de deseo y frustración pero ¿Por qué Sebastián se sentia tan atraído a esa mujer? ¿Por qué sentia que la necesita y qué erasuya? ¿Por qué esa mujer lo llenaba de deseo? ¿Por qué al verla deseaba llamarla “gatita”?
Los vagos recuerdos corrían en su cabeza un y otra vez. No la conocía pero de algo estaba seguro y es que esa mujer formaba parte de su pasado. Lo podía sentir y necesitaba saber que era lo que lo unía a ella con tanta fuerza.
La curiosidad solo tardo unas cuantas horas en volverse deseo y finalmente en una oscura obsesión incontrolable. Gastó millones con tal de encontrarla y cuando la encontró supo que ella nunca podría huir de él.
NARRACIÓN: ISABELLALa habitación del hospital se encuentra en completo silencio cuando mis ojos se encuentran con la pared blanca. Me muevo lentamente en la cama y me aterro ante la idea de estar sola. Gruño al sentarse en la cama, miro de un lado a otro buscando a Sebastián incluso si sé que no esta aquí.El estómago se me revuelve cuando entiendo todo. Me ha dejado, finalmente ha ido. Ni siquiera tuve tiempo de detenerlo, para hacerle ver lo mucho que lo amo.Ha sido bastante claro en el cementerio, quería terminar con todo. Con nuestro matrimonio, con nuestro amor y futuro.Maldigo cuando mi llanto hace eco en la habitación del hospital, me duele el estómago. Quiero vomitar.Enciendo el televisor para dejar de ser torturado por el silencio, sollozo lanzándome hacia las almohadas, grito de dolor cuando golpeó mi c
Narración: SebastiánIsabella se pasa las manos por el rostro, limpiándose una lagrima. Mira a Lucas por un momento y lo abraza antes de sentarse en el suelo. Frente a la tumba de Oscar.Ha sido duro perderlo, tan duro que ni siquiera sé cuantas semanas han pasado. Todos estamos tan cansados de esto, incluso si nadie me persigue me siento atrapado dentro de mí. Si tan solo hubiera sido más inteligente, si tan solo no hubiera intentado ser diferente, él estaría a nuestro lado en estos momentos. Esos hijos de puta me lo arrebataron y lo peor es que ya no tenemos fuerzas para pelear. Ya no quiero pelear.He visto a mi familia derrumbarse frente a mis ojos, los he visto perder y no me podido hacer nada para evitar este dolor. Supongo que desde un inicio fue así, desde pequeño he tenido al diablo dentro de mí, desde niño he lastimado. Este dolor es mi castigo, acepto que m
NARRACIÓN: ISABELLA Grito aterrada cuando la cortina de llamas rodean a Sebastián. Puedo ver como el mundo se detiene a mi alrededor, puedo sentir como mi cuerpo se llena de furia. Quiero matarlos a todos, si Sebastián no sale de ahí. Mataré a todos con mis propias manos. —¡Sebastián!—grito con fuerza antes de golpear al hombre que me sujeta. Intento correr hacia las llamas pero Lucas me rodea con sus brazos y me aleja del fuego. Me tiro al suelo y golpeo con fuerza el suelo antes de voltear a hacia el fuego. Me llevo las manos a los ojos para limpiarme las lágrimas. Me levanto con las piernas temblorosas al verlo salir de las llamas con el rostro totalmente tenso y su rostro herido. Sebastián tiene a todos los demonios en su mirada, me mira por un momento y me señala el auto. Niego repetidamente mientras camino hacia él. Su mirada se endurece con mucha más fuerza al verme negar. Mira a Lucas y grito al
Lucas abre la cajuela del auto al verme, alzo la ceja por un momento y me cruzo de brazos al ver la caja llena de explosivos.—¿En verdad lo haremos?— pregunta. Ni siquiera me tomo el tiempo de responderle, es obvio que lo haremos. Esos hijos de puta creen que no sé lo que han hecho. Isabella necesitaba su operación y la han secuestrando drogada. No sé si me molesta más el hecho de que no recibiera su operación o el hecho que la hayan tomado. Está decidido, dentro de unas horas voy a destruir la casa presidencial. No estoy interesado en cuántas personas vayan a morir, lo único que me importa en estos momentos es vengarme del hijo de puta el presidente. Es un imbécil si cree que puede tomar a mi mujer, a lo que más amo y salir totalmente ileso. Estoy completamente seguro que en estos momentos debe de pensar que yo estoy rumbo a Italia en busca de Isabella pero no
NARRACIÓN: ISABELLALa habitación está en completo silencio mientras Lola juguetea en su celular. Estoy tan asustada que me tiemblan las piernas, intento disimularlo pero probablemente es imposible hacerlo. Los doctores se mueven de un lado a otro por la habitación. Incluso en estos momentos me pregunto si podré regresar al lado de Sebastián.—Deja de verla, Mark— susurro cuando me percato que no deja de ver a mi hermana. Mark me mira por un momento y sonríe antes de negar suavemente.—Es hermosa— dice antes de voltear a verla nuevamente.—Está saliendo con Oscar, un socio de Sebastián...—Bueno, me rindo. Voy a suministrarte la anestesia— anuncia. Supongo que es momento, el
NARRACION: SEBASTIANSu cuerpo tiembla bajo el mío con cualquier leve caricia. Incluso de tensa cuando paso las manos por su trasero. Es deliciosa.—¿Se siente bien esto?— pregunto masajeando sus glúteos. Isabella asiente levemente y sonrío al verla tan relajada. Incluso si solo es un masaje, sus bragas estas empapadas. Está tan caliente que me vuelve loco.Necesito hacerla gritar, escuchar sus gemidos mientras la penetro con fuerza, eso es lo que necesito.—Debí darte un masaje desde la primera vez que te tuve, así no hubieras estado tan nerviosa—le susurro bajándole las bragas.—Dijiste que te contendrías esta vez…—Te he mentido—contesto lanzando sus bragas a alguna esquina de la habitación. Voltea a verme mientras subo mis manos por su espalda.— quédate así, ver tu espalda y tu
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