Entonces, según lo que sabía de su hermano, seguramente iría a buscar a ese tercero para enfrentarlo. ¡Pero ese tercero era su tío!
Un sobrino golpeando a su tío mayor... ¡sería el hazmerreír de todos!
Paula, con los ojos enrojecidos, tenía la mente hecha un lío, sin poder ordenar sus pensamientos.
Gabriel, tomando a Ana del brazo, pasó junto a ella.
Fríamente, le dejó una instrucción:
—Espera aquí, enviaré a alguien a recogerte.
Si Paula no fuera la hija de Fabiola, Gabriel no se habría molestado en intervenir.
Paula solo pudo ver impotente cómo se marchaban.
Para colmo, justo en ese momento, Mateo le envió un mensaje preguntando:
[Paula, dijiste que Ana fue infiel, ¿el objeto de su infidelidad es el tío?]
Que pudiera hacer esta pregunta significaba que Mateo ya había averiguado algunas cosas.
Además, la relación entre Gabriel y Ana era de conocimiento público, imposible de ocultar.
Paula no se atrevió a responder. Solo podía fingir que no lo había visto. ¡La situación familiar ya era