“El destino se escribe en fuego y sombra;
las alianzas tejidas en la penumbra
serán la llave de la salvación… o el comienzo de la ruina.”
Punto de vista Rubi
Me desperté sobre sábanas negras. Por un segundo mi mente fue un lienzo en blanco: no reconocía nada, parpadeé adaptándome un poco a la luz tenue, y después la memoria volvió como un golpe: Rose herida en el suelo, la oscuridad, manos que tiraban. Me incorporé despacio estaba sobre una cama de cuatro columnas, tallada en una madera oscura y antigua, dominaba la habitación. Estaba cubierta por pesadas cortinas de terciopelo púrpura que exhalaban un olor tenue a polvo y rosas secas.
A cada lado de la cama se alzaban espejos de marcos dorados tan desgastados que parecían llorar óxido. El piso, de losetas negras pulidas, reflejaba el resplandor tenue de un enorme candelabro suspendido en el centro del cuarto. En las esquinas, gárgolas pétreas observaban con ojos vacíos, como si fueran centinelas de pesadillas.
Hacía frí