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Lo que ni en mis libros leí p1

- Valentina Soré -

Después de que los chicos convencieran a Ethan de ser su niñero por el fin de semana y Ethan me obligara a mí a ser su asistente en esa locura, el encantador de Jack nos llevó a todos a nuestros destinos. 

A media mañana aproveché de hablar con Dylan y Bruno para que me cambiaran los turnos y con eso listo me fui a la cirugía programada donde asistiría a la doctora Collins. Bueno, asistir, como se dice asistir ni tanto, la mujer no me dejó ni tocar al paciente, Uff, de verdad que es molesto trabajar con ella.

Cuando terminamos la operación me dirigí a la sala de descanso y vi a un Ethan nervioso pidiéndole a los chicos que me cubrieran, sí que son malos, le hicieron una buena broma que no pude aguantar la risa.

Con todo resuelto, vamos camino a la salida, pero en el momento en que escuchamos por los altoparlantes el Código Azul se me puso la piel de gallina y casi ni escuché al doctor George que nos pedía quedarnos para ayudar en la emergencia, ya me estaba colocando la bata y el fonendo mientras tomaba una camilla junto a Bruno y ahí es donde caigo en que los chicos nos deben estar esperando...

-Llama a los peques -le grité a Ethan, mientras sigo revisando los signos vitales del paciente.

-En eso estoy -Tenía su teléfono en las manos y esperaba que los chicos contestaran-. ¡Vamos Pulga, contesta! -Es lo único que escuché mientras le estoy pidiendo a la enfermera un tubo endotraqueal para intubar al paciente.

-Val, necesitamos urgente estabilizar al paciente para poder verificar el marcapasos.

-Dame sus signos vitales, necesito verificar algo...

-Estamos con una taquicardia ventricular sin pulso Val, ¡El paciente entró en paro cardiaco! -En un dos por tres Bruno se colocó frente al paciente y comenzó a practicar RCP. -¡Val no te quedes ahí! 

Eso era cierto, me había quedado de pie viendo todo a mi alrededor, sintiendo que el mundo se me venía encima, pero los gritos de Bruno me sacaron de ese estado y como pude volví a enfocarme en lo que estaba haciendo.

-¡Claudia necesitamos un miligramo de adrenalina cada 3 a 5 minutos por vía intravenosa!

-Entendido.

-Bruno sigue con la RCP, necesitamos a Ethan, hay que abrir para ver por qué el marcapasos no está funcionando.

-Apresúrate Val...

.Salgo disparada y veo que Ethan sigue hablando por teléfono, cómo puedo saqué mi voz y le grité. 

-¡Ethan, al quirófano 3! 

-Voy... -respiré con dificultad y mi cuerpo estaba al borde del colapso, sentí que en cualquier momento me iba a desmayar. 

«¿Qué me pasa?» pensé, yo no soy así, pero escuchar a Ethan me calmó.

Entré nuevamente al quirófano para prepararme. Claudia me avisó que debería ser la asistente de Ethan en la operación y nuevamente volví a sentir mi respiración agitada. 

- ¡Tú puedes Val! -me motivé como un mantra y volví a inhalar y exhalar, hasta que sentí una mano en mi hombro.

-¿Estás bien? 

-Si, si, eso creo...

-Si quieres pido que Bruno me asista, sé que eres nueva en esto y necesito que tengas las agallas para seguirme Val.

-¡Claro que lo puedo hacer! -respondí casi gritando, así me sentía cada vez que me menospreciaban, eran tan frustrante cada vez que me decían que yo no era lo suficientemente buena.

-Esa es mi chica -sonrió y luego me acarició la mejilla-. Vamos a salvar una vida doctora Soré.

Entramos al quirófano y comenzamos con la operación...

-Esto es más complejo de lo que pensaba -dijo preocupado Ethan, mientras con el bisturí en sus manos está realizando la incisión en el pecho del paciente-. No lo entiendo ¿Cómo un marcapasos puede derretirse?

-Esto no es obra del fuego, Ethan, pareciera ser una forma de intervención electrónica provocada, pero lo peor es que parece que por algo químico, fíjate en el color alrededor del corazón... Es como si se hubiera autodestruido.

Ambos nos encontrábamos confundidos, esto ni siquiera estaba en los libros tenebrosos de ciencia que leía para aliviar el estrés, pero luego algo se me ocurrió y se lo planteé a Ethan...

-Doctor Scott... esto parece un sabotaje electromagnético y no me mires así... -le digo muy seria.

-¿Qué?

-Mira, el paciente llegó con un paro cardíaco, y ahora al abrirlo nos hemos dado cuenta de que su marcapasos no falló, sino que se derritió y eso médicamente es imposible. No casi por lo que vemos, si creyera en los extraterrestres ahora me lo estaría confirmando.

-Buen punto, doctora Soré -dijo el doctor George, quien acaba de entrar al quirófano-. Nuestro paciente sufrió lo mismo que éste.

-¿Cómo que sufrió? -preguntó Ethan.

-Así es mi querido Ethan, lamentablemente él acaba de fallecer en el quirófano de al lado.

-Doctor, pero ¿qué podemos hacer acá? Debemos sacar el marcapasos a como dé lugar, éste en estos momentos es quien le está provocando los micro infartos a nuestro paciente -le pregunté mientras seguí intentando desprender el marcapasos de la carne viva.

-Val, tengo una idea. -miré a Ethan cuando me habló.

-¿Cual?

-¿Recuerdas nuestra conversación en el avión?

-¿En la que te quería ignorar?

-Auch, todavía duele-se ríe, tocando su pecho como si lo hubiese atacado.

-Bueno, ¿pero eso qué tiene que ver? -cuando al fin mi cabecita hace el click-. ¡Ah! Microcirugía cardiaca.

-Exacto... George necesitamos el instrumental y el robot para hacer una microcirugía. ¡Rápido!

-Si, si entendido, muévanse todos y traigan lo que pide el doctor Scott.

-Val... ¿Estás bien para cambiar de metodología y continuar esta operación conmigo?

-Si, siempre... por fin vamos a dejar de ser espectadores. -Creo que haber descubierto o en parte sentir que Ethan no me estaba menospreciando, sino que impulsando a sacar lo mejor de mí hizo que todos mis nervios desaparecieran.

En unos pocos minutos se instaló todo el instrumental y maquinarias para la cirugía, mientras con Claudia manteníamos al paciente con el TAH (corazón artificial) que instalamos para no tener inconvenientes. 

Una vez preparados entra nuevamente Ethan preparado para la operación. Cada uno de los participantes tomó su ubicación y se inició el conteo.

-Claudia... Bisturí...

Unas horas después hemos terminado el procedimiento y de verdad que estamos exhaustos, salimos de la sala de operaciones, con el corazón llenito después de haber logrado ganarle una mano a la muerte...

-Muy bien hecho chicos, no saben lo orgullosa que estoy de ustedes, son excelente equipo -ambos recibimos el abrazo de Claudia, la cual se ve emocionada por haber participado junto a nosotros-. Voy donde el doctor George a informar la situación del paciente.

-Gracias, Clau, tú tampoco te quedas atrás, eres una gran enfermera. -le dijo Ethan sonriendo agradecido.

-Así es Claudia, fuiste una excelente asistente en el quirófano... Ethan.

-¿Si?

-Gracias por confiar en mí para asistirte.

Entre el cansancio y la vergüenza mi cara aún tenía la fortaleza para sonrojarse. Ethan se acercó a mí, quedando frente a frente me miró y luego me sujetó por los hombros para decirme.

—Fue la mejor decisión que he tomado en la vida, preciosa...

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